Tradiciones Navales y Marineras
Tradiciones A BORDO
Saludo Militar
Saludo Militar:
origen, variantes y las particularidades del caso
Este gesto constituye la expresión más elevada del respeto mutuo, disciplina y unión espiritual entre todos los miembros de las Fuerzas Armadas.

El Rey Felipe VI saluda a varios militares durante su visita a la Comandancia Naval del Miño en Tui, Galicia (España) a 2 de septiembre de 2020
Dónde surge el saludo militar
Aunque no existe certeza del origen de los saludos militares, podemos identificar muchas variantes que se han utilizado a lo largo de la historia. La hipótesis más aceptada es que aparece como una forma de “inutilizar” el brazo de la espada.
Una de las primeras manifestaciones de este saludo protocolario , lo podemos encontrar en las legiones romanas. Tristemente, la mala prensa que ahora acompaña a este saludo, ha hecho que se pierda en el tiempo y que su uso “ apropiado ” en la actualidad se limite a miembros de grupos neonazis y neofascistas, así como a algún que otro acto protocolario de algunos ejércitos.
Pero hay que hacer un pequeño apunte. El saludo fascista que diseñó Benito Mussolini, no es exactamente igual que el saludo romano; sino que es una derivación del mismo. La diferencia entre ambos es que, mientras las legiones romanas extendían el brazo derecho hacia delante, los fascistas del siglo xx lo extendían hacia delante y hacia arriba.
El saludo militar común , es decir, llevándose los dedos a la sien, se cree que surgió durante la Edad Media , con la costumbre de descubrir el rostro al saludar a un compañero de armas. Y es que, para enseñar la cara, los caballeros medievales debían subirse la visera de los cascos metálicos .
Cuando se dejó de usar este tipo de yelmo con visera, los soldados mantuvieron la costumbre como una muestra de cortesía y respeto. Aunque con su derivación posterior, que implicaba levantarse el sombrero. En el siglo XVIII, el Ejército británico eliminó la obligación de descubrirse la cabeza ante un superior. En vez de eso, basaba con “amagar” con hacerlo, es decir, agarrando la visera del sombrero .

El saludo militar común, es decir, llevándose los dedos a la sien, se cree que surgió durante la Edad Media, con la costumbre de descubrir el rostro al saludar a un compañero de armas. Y es que, para enseñar la cara, los caballeros medievales debían subirse la visera de los cascos metálicos.
Cuando se dejó de usar este tipo de yelmo con visera, los soldados mantuvieron la costumbre como una muestra de cortesía y respeto. Aunque con su derivación posterior, que implicaba levantarse el sombrero. En el siglo XVIII, el Ejército británico eliminó la obligación de descubrirse la cabeza ante un superior. En vez de eso, basaba con “amagar” con hacerlo, es decir, agarrando la visera del sombrero.
De acuerdo con esta teoría, el saludo militar fue adquiriendo esa firmeza y marcialidad que detenta actualmente, a medida que lo hacían los ejércitos. Aunque no todos las fuerzas armadas evolucionaron de la misma forma. Por eso, hay diferentes variantes en función de a qué país correspondan estas fuerzas armadas:
Saludo de visera
Este es el “saludo militar común”, es decir, es el que utilizan casi todas las fuerzas armadas de nuestro tiempo (incluida España). El gesto consiste en llevar la mano a la sien derecha con la palma hacia abajo, en un ángulo de 45º.... acercándose tanto a la sien como sea posible (pero sin tocarla).

Palma a la vista
La forma de este saludo es la misma que la anterior, solo que la palma de la mano debe apuntar hacia delante. Es el saludo que utilizan las fuerzas armadas de Francia , (donde se le denomina “ raquette ”). En las fueras armadas británicas también existe esta modalidad de saludo, y los únicos soldados que no lo utilizan son los que integran las filas de la Armada.
Hay una anécdota que podría explicar por qué las fuerzas navales hacen el saludo de visera, mientras el resto de los soldados británicos enseñan la palma: en cierta ocasión, la reina Victoria (1819-1901) visitó un barco de guerra, y al recibir el saludo de los marineros, encontró desagradable eso de que los soldados tuvieran las manos sucias... y que, encima, se lo enseñasen. Por eso, la reina inglesa decretó que a partir de ese momento, la marinería iba a ocultar la palma de sus manos orientándola hacia abajo.

Dos dedos
Este curioso saludo solo se utiliza en un lugar del mundo: en Polonia . Llevarse los dedos índice y corazón a la sien es, por eso, una seña de identidad de los ejércitos de este país, donde se conoce como “salutowanie dwoma palcami” .
Existió otra variante de este saludo , concretamente, durante la Segunda República Polaca. En aquella época se popularizó el saludo con la palma orientada hacia abajo. Al parecer, el cambio de tendencia tuvo lugar durante la Segunda Guerra Mundial, porque los soldados británicos se tomaban esta forma de saludar como una falta de respeto.
Aquello recordaba al saludo de los Boy Scouts ; que es idéntico al polaco, solo que con tres dedos extendidos salvo el de la rama de los lobatos que es igual. Por ese motivo, los polacos adaptaron el gesto a la sensibilidad de los británicos ... y a partir de entonces lo realizarían con la palma al frente.

El caso español
Las leyes militares estipulan que el saludo militar constituye la expresión más sincera del respeto mutuo, disciplina y unión espiritual entre todos los miembros de las Fuerzas Armadas... ósea, que no es poca cosa.
A día de hoy, el saludo habitual entre los soldados es el mismo que suele usarse en gran parte del mundo. Es decir, con el brazo y la palma extendida hacia la sien, y orientada hacia abajo. Pero hay algunas particularidades.
A diferencia de lo que ocurre en otros ejércitos, como en el del de Estados Unidos, por ejemplo; el soldado español sólo puede saludar con la mano si lleva prenda de cabeza . Si no lleva la cabeza cubierta, el saludo apropiado es cuadrarse, dejando los brazos caídos y pegados al costado.
Otra excepción de nuestros ejércitos, tiene lugar cuando un soldado español está de guardia. En esta situación, el militar no puede soltar su arma (que tiene en su mano derecha), por lo que debe saludar con la mano izquierda... doblando el brazo a la altura de los hombros, con la palma extendida y mirando hacia abajo.
Saludo particularmente utilizado por los Guías Scouts cuando estos tienen bordona.

También hay algunas excepciones históricas, como la que se dio durante la Guerra Civil... cuando se politizaron hasta los saludos militares. En función del bando en el que combatía el soldado, se saludaba de una forma o de otra: en el bando rebelde se popularizó -cómo no- el saludo fascista (aunque también se mantuvo el saludo militar tradicional); mientras tanto, en el bando republicano se hacía el saludo militar común, pero con el puño cerrado.
Al parecer, esta versión del saludo republicano era una adaptación del “Rot Front” , que es el saludo que vienen utilizando todo tipo de movimientos de izquierdas ... ya sean comunistas, socialistas o anarquistas. De hecho, sigue siendo oficial de la dictadura comunista china ... aunque también es el que utilizan los activistas por la liberación del Tíbet, lo que puede resultar un poco confuso.
El nombre de Rot Front surge de la primera vez que se usó como saludo militar. Sucedió en la década de 1920 en Alemania . Y lo adoptó como saludo la unidad paramilitar Rotfrontkämpferbund (RFB o Liga de Combatientes del Frente Rojo ). Curiosamente, y a diferencia de lo que se suele pensar, este saludo no se usó demasiado en la Unión Soviética en el contexto militar.

A finales del siglo XIX los oficiales de la Royal Navy introdujeron la costumbre de no quitarse la gorra, como era costumbre hasta ese momento y solamente efectuar el intento de tocar la visera, deteniendo el saludo.
El saludo naval, con la palma hacia abajo, se dice que ha evolucionado debido a que las palmas de la mano de la flota de guerra, en particular los marineros, estaban a menudo sucias por el trabajo a bordo y se consideró un insulto el presentar una palma sucia a un oficial.
El saludo militar, debe su origen a varias civilizaciones y culturas . Entre ellas, tenemos a los Asirios, griegos y romanos, tenían en común que se despojaban de alguna prenda como muestra de respeto.
Despojarse de alguna prenda de vestir, mostrando no llevar ningún arma escondida, venía a significar además de respeto, ir en “son de paz”. Traer buenas intenciones.
Los soldados romanos se cubrían del sol para mostrar sus ojos sin brillo a los superiores , esto era un símbolo de respeto por aquél entonces.
Otros historiadores dicen que el saludo romano también comenzó cuando debido a la gran cantidad de asesinos que se perpetraban, se convirtió en costumbre que al ir a ver a un oficial se levantasen la mano para indicar que no se portaba en la misma ningún armado o se descubrían de sus casco para identificarse
Sin restar credibilidad a las versiones anteriormente enumeradas, lo más probable es que el actual saludo militar, generalizado por casi todo el mundo, constituya una evolución de la costumbre caballeresca de levantar la visera del yelmo para destapar los ojos y mostrar la identidad.
Cómo hacer el SALUDO MILITAR correctamente
Saludo Militar
El Honor de Saludar
En Estados Unidos se realiza el Saludo Bellamy que en sus inicios era similar al saludo romano, en todos los casos el brazo elevado a la misma altura que el hombro.
Al llegar la segunda guerra mundial este saludo generaba confusiones con el saludo fascista, por lo que en 1942 el Congreso de los Estados Unidos modifica el saludo con la mano sobre el corazón de principio a fin del juramento”
En el ámbito civil, la antigua, gentil y elegante costumbre de descubrirse o sacarse el sombrero ante una dama, o una persona de mayor jerarquía o edad, gesto acompañado normalmente por una inclinación de cabeza, una reverencia o un movimiento efectuado con gracia con el cubre cabeza.
En cuanto a la razón de que normalmente se salude estando cubierto proviene de la costumbre entre los hombres de los países occidentales desde el siglo XVII de alzar sus sombreros para saludar y como señal de respeto.
Saludo bellamy
Lo más probable es que las formas de cortesía como quitarse el sombrero o alzar una de sus alas sean evoluciones de la misma práctica caballeresca de mostrar los ojos bajo el yelmo.
Los militares, que solían llevar cascos muy pesados y sombreros con barbijo, dejaron el gesto en un simple movimiento de llevar la mano a la cabeza en la intención de descubrirse ante un superior: el saludo militar.

En la batalla de Warburg, durante la guerra de los siete años, el británico marqués de Granby (1721-1770) lideró una carga de su regimiento contra el ejército francés.
El marqués, durante la embestida, perdió su sombrero y su peluca y aun así, con ese aspecto tan poco elegante como descortés, mientras sufría una lluvia de disparos franceses y a pesar de hallarse en plena carga, saludó militarmente a su mando superior al pasar a su lado.
Desde luego, hay que tener mucho respeto por el protocolo militar para saludar en plena carga, pero quizás no tanto, ya que saludó sin llevar el sombrero. Para solventar este problema y no dejar mal al marqués de Granby, su regimiento, “The Blues”, es el único del ejército británico que tiene permitido saludar a sus superiores, sea cual sea el mando, sin la cabeza cubierta.
En la mayoría de las fuerzas armadas de todos los países, también se saluda cubierto, pero los militares norteamericanos saludan indistintamente cubiertos o descubiertos.
En la Armada, el Cuerpo de Marines y la Guardia Costera de los Estados Unidos sólo se hace el saludo militar estando cubierto, aunque sí se hace indistintamente en su Ejército y la Fuerza Aérea.
Los polacos, saludan con dos dedos juntos, al igual que ciertos ritos de juramento, llevándose a la sien derecha los dedos índice y mayor de la misma mano.

No podían faltar los boy scouts, nacidos de la mano del General Lord Robert Baden Powell of Gilwell, durante la guerra anglo bóer, en Sudáfrica, entre 1899 y 1902. En la que durante el sitio a la ciudad de Mafeking, organizó un grupo numeroso de “cadetes” originarios de la región, que con cierta formación militar servían como mensajeros, estafetas y correos entre los diversos puestos de comando. Alos que organizó como mensajeros y auxiliares, instruyéndolos en técnicas de supervivencia y desenvolvimiento en la jungla y en las sabanas de esa región, teniendo su formación un gran contenido militar, al que no escapaban las formalidades disciplinarias y protocolares. Terminada la guerra y habiendo vuelto a Gran Bretaña, decidió volcar todos sus esfuerzos a transmitir sus experiencias a los jóvenes, a través de la organización de un movimiento dedicado a ellos para que practicaran actividades educativas, recreativas y de aventura, aprovechando todas las bondades y posibilidades que brinda la naturaleza. Una larga serie de libros y folletos escritos por él fueron dando forma al scoutismo que, entre otras formalidades, adoptó un saludo particular, consistente en tomar el dedo meñique de la mano derecha con el pulgar, manteniendo unidos y en alto, los dedos índice, mayor y anular, significando con ello que el mayor protege siempre al menor, teniendo siempre por divisa, los tres principios de todo scout: Dios, Patria y Hogar.
Uniformados como soldados ingleses, perduraron tras el final de esa guerra, en un cuerpo de características pacíficas, de proyección mundial, destinado a entrenar y entretener a los jóvenes en tareas al aire libre, exploración, campismo y otras tareas constructivas para la juventud.
El saludo Zogist es un saludo militar que fue instituido por Zog I de Albania . Es un gesto por el que la mano derecha se coloca sobre el corazón, con la palma hacia abajo. Fue primero ampliamente utilizado por la fuerza policial personal de Zog y más tarde fue adoptada por el Real Ejército albanés .
, En todos los ejércitos del mundo existe el saludo militar, teniendo diversas manifestaciones de acuerdo al país o época de que se trate o, aún, de las circunstancias políticas por las que hayan atravesado. Decían viejos reglamentos españoles: “Es la mirada lo que da al saludo su valor real; el inferior debe mirar francamente a su superior a los ojos”. Estoy aquí, fiel, dicen los ojos del soldado. Cuenta conmigo, responden los del oficial.
En el siglo XVII existía en España la costumbre de recordarse, entre oficial y soldado siempre que se encontraban, la obligación que habían contraído de fidelidad y lealtad al monarca y a la fe católica. Se expresaba volviendo a hacer el gesto cristiano del juramento que habían hecho sobre los colores del Regimiento: levantar la mano derecha hacia el cielo, índice, pulgar y mayor (representando las tres personas de la Santísima Trinidad) ampliamente separados. Era una forma de recordarse mutuamente su común ideal, sin ser, en aquella época, signo de respeto o subordinación.
De ahí también la forma de ejecutarlo, “consiste en llevar la mano derecha a la prenda de cabeza” ya que al levantar la mano hacia el cielo los dedos rozaban el borde de la prenda de cabeza y no solían pasar de ahí. Todos los ejércitos lo imponen con firmeza y entre ellos se respeta e intercambia. Es el culto a la caballerosidad y al honor militar de cualquier soldado. Así, entre los más curiosos, tenemos a los países de la esfera de influencia británica, que lo hacen mostrando la palma de la mano derecha, indicando con ello, que no se esconde nada cuando se saluda al superior. La misma forma de saludo tiene el ejército francés.
El ejército polaco tiene un curioso saludo en el que los dedos anular y meñique, son sujetados por el pulgar de la mano derecha, llevándose a la sien los dedos índice y mayor pegados.
Existen otros en los que el gesto del saludo va al centro de la visera, como en el ejército italiano y el israelí, sin mencionar otras curiosas variedades de actitudes y movimientos, con las clásicas variantes personales que siempre aparecen.
Podrían agregarse también aquellos que, al mismo tiempo que indicar una muestra de subordinación y respeto, demostraron alguna vez una forma de simbolismo o identificación política. Así recordamos, por ejemplo, al muy conocido saludo empleado por los alemanes durante la 2da Guerra Mundial por el partido nazi y por el partido fascista en Italia, por aquellos militares que lo integraban o por los que, sin serlo, se veían obligados por las circunstancias a efectuarlo. Son del mismo tipo, los saludos estilados por el franquismo en España y por la Guardia de Hierro, en Rumania, durante la IIGM.
También, tenemos al singular saludo efectuado por las fuerzas republicanas y las Brigadas Internacionales, durante la terrible Guerra Civil Española, consistente en llevar el puño derecho cerrado a la misma sien. Por el bando nacionalista, la Falange acostumbraba hacer un antiguo saludo que según decían, tenía su origen en el saludo de los soldados romanos: levantando la mano derecha con el brazo estirado.
Por último, podría incluirse entre estas formas de saludo, al empleado por los Boy Scouts. Esta organización internacional a la que desde su nacimiento adhirió nuestro país, a través de su introducción por parte del perito Francisco P. Moreno, fue creada por el general inglés Lord Robert Baden Powell, luego de las experiencias que recogiera durante su participación en la Guerra Anglo Bóer (o algunas otros valores semejantes, según el país).
Si en la actualidad, besarse en la mejilla, darse un abrazo o un simple apretón de manos es el saludo que practica todo el Mundo, en la antigüedad, era éste el modo de saludarse, desearse prosperidad e incluso se usaba en prácticas y ceremonias religiosas.
SALUDO DEL SOMBRERO
La antigua, gentil y elegante costumbre de descubrirse o sacarse el sombrero ante una dama, o una persona de mayor jerarquía o edad, gesto acompañado normalmente por una inclinación de cabeza, una reverencia o un movimiento efectuado con gracia con el cubrecabeza. Esta costumbre perduró con diversas variantes hasta nuestros días, tanto en el ámbito civil como en el militar, a través del gesto masculino de descubrirse ante las damas, las personas conocidas, o con aquellas con las que se observen especiales muestras de respeto.
SALUDO MILITAR ANTE LA PRESENCIA DE DAMAS
No siempre era necesario descubrirse delante de otras personas. Los caballeros se quitaban el sombrero, pero las mujeres permanecían cubiertas en espacios cerrados, aunque se quitaban el guante para saludar a los reyes y otros personajes de la nobleza. Este gesto, al igual que el de la genuflexión, eran muestras de respeto (aunque algunos las hayan interpretado como muestras de sumisión). La siguiente etapa que nos explican es que con los chambergos de anchas alas; que dificultaban la identificación del portador; el descubrirse facilitaba que el oficial reconociese a su gente; o simplemente identificarse a secas.
SALUDO SIN DESCUBRIRSE LA CABEZA
Por lo general, es más común el saludo militar realizado con cubrecabeza. Sin embargo, hay países en cuyas fuerzas armadas se estila lo contrario, según las circunstancias. El origen o causa de ello es variable. Entre otras causas, tenemos la de descubrir la Cabeza del sombrero; se pasó a no poder hacerlo debido a las modas de enormes y pesados gorros de granaderos decimonónicos (lo mismo que para gente con morriones; cascos, etc) debido al atalaje de los mismos y lo poco práctico de andar trasteando con ellos a cada mando que pasase. De ahí que se quedase en un vestigio del levantamiento de brazo para remarcar la intención de descubrirse y para darnos a reconocer.
En nuestros días, el reglamento de Orden Cerrado precisa con todo detalle las formas y oportunidades en que debe efectuarse el saludo militar. Se realiza de subalterno a superior, devolviéndolo éste de la misma manera, comprendiendo un profundo gesto en el que, junto con el ademán, se intercambian miradas que dicen “aquí estoy”, respondidas por un “cuente conmigo”, todo en una centésima de segundo.
Esto es el saludo: un mensaje de mutua confianza y correspondencia. A pesar de ello, son innumerables y tragicómicos los errores en su ejecución que hemos cometido todos los que hemos pasado por las filas del Ejército.
Hace pocos años nos encontramos con la novedad del saludo militar ejecutado sin cubrecabeza. Sin duda, fue pensado para mayor comodidad del personal que se desempeña en lugares cubiertos, como comandos, organismos y reparticiones administrativas, donde no se usa birrete, gorra u otro tipo de cubrecabeza. Esto resultaba un verdadero per saltum a múltiples planillas de sanción (por saludar sin el cubrecabeza colocado), a la vez que un aggiornamento de las costumbres militares. Conservador, el personal militar acostumbrado a largos años del saludo clásico, no terminó de adoptar ni aceptar la nueva modalidad y aún en los sitios mencionados, resultaba rara su práctica, por lo que a poco tiempo de impartida esa ordenanza, se la derogó… Tuvo más fuerza el poder de la tradición y la costumbre, basadas ambas en sólidos fundamentos, que la impartición de una orden novedosa y hasta caprichosa.